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¿Qué país es para viejos?

                                                    



Se han escrito muchas opiniones, se han hecho muchas valoraciones y se han proporcionado muchos datos sobre la esperanza de vida y los diferentes grados de calidad de vida que se puede esperar disfrutar en cada uno de los países, regiones, continentes del mundo. 


En la Tabla siguiente se pueden ver datos aceptados por la comunidad científica internacional. Si nos atenemos a los datos sobre esperanza de vida, el país que lidera el ranking es Japón. Le sigue España, en el segundo lugar del mundo. Varios países tienen una esperanza de vida superior a los 82 años. Llama la atención que en USA la esperanza de vida no alcance los 80 años y que en Rusia se quede en los 71,5 años. Como la mayoría de la gente sabe, esta esperanza de vida es significativamente superior en las mujeres que en los varones.



PAÍS

ESPERANZA DE VIDA

Nº MEDIO AÑOS VIVO CON ENFERMEDAD IMPORTANTE 

PIB per capita

Japón 

83,9

10,78

36.452$

España 

83,0

10,35

31.556$

Australia 

82,8

10,99

44.783$

Islandia 

82,5

10,79

42.980$

Israel 

82,3

10,70

32.494$

Suecia

82,3

11,16

44.371$

Francia

82,2

10,64

38.785$

South Corea

82,1

10,24

36.151$

Canadá

82,0

10,66

42.969$

Noruega

81,9

10,61

76.397$

Nueva Zelanda

81,7

10,68

34.040$

Finlandia

81,2

11,21

38.335$

Dinamarca 

80,5

10,95

45.141$

USA 

78,9

11,16

53.015$

Rusia 

71,5

8,96

23.064$



Hay muchísimas explicaciones e hipótesis más o menos verosímiles sobre los factores que tratan de explicar la mayor o menor esperanza de vida que se observa en cada país o región del mundo.  No es objetivo de este breve texto el reunirlas todas y menos el tratar de sugerir qué hipótesis pueden estar más cercanas a la realidad. 


Además de cuestiones relacionadas con la alimentación, el clima, la genética, la higiene, las vacunaciones, las costumbres sociales relacionadas con el autocuidado de la salud (fumar, beber alcohol), etc, no hay duda de que una parte importante de la esperanza de vida tiene que ver con la calidad del sistema público y privado de salud de cada país (no hay que olvidar el gran efecto del desarrollo científico). Es innegable que la esperanza de vida está asociada (en la parte que corresponda) con la importancia que se le da a las inversiones realizadas en la atención a la salud y, además, es un buen indicador del mejor o peor funcionamiento de otros recursos del sistema de bienestar social. 


Un buen indicador de la calidad de la atención sanitaria y de los recursos de bienestar social puede ser el que se presenta en la segunda columna de la tabla anterior. Se trata de la media de años que una persona puede esperar mantenerse viva a pesar de sufrir una enfermedad importante. Se incluyen enfermedades que afectan de manera relevante a las posibilidades de fallecer (trastornos del sistema cardiovascular, respiratorio, enfermedades de tipo oncológico, degenerativas del sistema nervioso, etc.) si no se proporciona un tratamiento eficaz y duradero. El cuidado que se le proporcione a estas personas a través de la medicación, la atención sanitaria de calidad, hospitalizaciones cuando sea necesario, etc. permiten alargar la vida en situaciones que sin estas medidas (por cierto, de gran coste económico) no se lograría.  


Es, por tanto, un buen indicador del esfuerzo que hace la sociedad para que las personas mayores (y  no mayores) puedan seguir viviendo el máximo tiempo posible. Como se aprecia en la tabla, todos los países que superan la barrera de los 82 años en esperanza de vida superan también la cifra de los 10 años de media en el segundo criterio. España está entre estos países. Las conclusiones son evidentes. 


Es curioso que España ocupe el segundo lugar en esperanza de vida de los países representados en esta tabla y que sea el que tiene un menor índice de Producto Interior Bruto per cápita. Se presenta este índice en la tercera columna. Dejamos a los expertos en economía de los sistemas sanitarios o en otros temas que aporten hipótesis explicativas. 


Todo lo anterior está escrito para enmarcar lo que me interesa desarrollar en este texto y que me gustaría definir como “la preocupación real que cada sociedad, país, etc., tiene, y el cuidado real que lleva a cabo, con sus ancianos en una situación extrema en la que hay que elegir entre hacer todo lo posible para mantenerlos con vida y mantener lo menos dañada la situación económica”. 


La pregunta concreta que nos hacemos: ¿qué país se preocuparía más porque no fallezcan las personas mayores, los ancianos en una situación en la que, como grupo social, está en claro peligro su vida? ¿qué país haría esfuerzos mayores y más eficaces por evitar en la mayor medida posible la muerte de sus personas mayores? 


Como recoge el titulo del texto: “¿Qué País es para viejos?


Se pueden hacer muchas encuestas, preguntar a través de entrevistas y de cuestionarios a mucha gente sobre este tema para saber ¿Qué haríamos?, ¿A qué estaríamos dispuestos a renunciar para ello? Todas las encuestas reflejan lo que la gente “dice que haría”. Es muy difícil saber “lo que de verdad hará” la gente cuando se dé una situación real. 


Considero que sólo tenemos una forma fiable de conocer sobre estos temas: aplicar el método científico. El método científico necesita aplicar experimentos. Hacer experimentos en este caso significa que deberíamos de provocar una situación real de alto riesgo para la vida de las personas mayores y esperar a ver qué hacen cada uno de los países que se enfrentan a dicha situación. Es evidente que esto no se puede hacer ni se hace. El que crea que se ha hecho tiene un serio problema. 


Pero en muy contadas ocasiones la realidad nos proporciona la oportunidad de observar “experimentos naturales”. Sin necesidad de provocar una situación experimental, ésta se produce de manera natural. Se trata de situaciones que nos dan la oportunidad (sin intervenir) de estudiar las consecuencias de dos o más respuestas, dos o más tratamientos, dos o más tipos de intervención. Y comparar. Suelen ser diseños experimentales muy limitados por bastantes variables extrañas. Pero proporcionan información muy útil. 


La irrupción de la enfermedad denominada COVID19, que desde principios del año 2020 se ha considerado una pandemia, se puede entender como una situación en la que es posible observar los resultados de un experimento natural. La difusión progresiva del virus por casi todos los países del mundo es un hecho con pocos precedentes en la historia reciente de la humanidad y tiene algunas características que nos interesa revisar: 

  • Se produce un hecho similar, muy parecido, el mismo hecho: la proliferación de un virus que sabemos que tiene una alta facilidad para infectar y una tasa de mortalidad importante (aunque menor que otros virus). 
  • El hecho afecta a todos los países, antes o después, de la misma manera. 
  • Desde el principio de la declaración de esta pandemia se sabe, todo el mundo sabe, que la inmensa mayoría de los fallecidos serán personas mayores o con enfermedades previas severas. Los datos de alguna Comunidad Autónoma de España son fiables: el 98,9% de los fallecidos entre Marzo y Mayo tenían más de 50 años, el 97,2% más de 60 años, el 90,1% más de 70 años y el 70,6% más de 80 años (Elaboración propia a partir de los "Informes de la evolución del coronavirus en Euskadi". Web del Departamento de Salud del Gobierno Vasco). 
  • Cada país, en base a variables que pueden ser muy difíciles de describir, toma medidas diferentes y dispone de recursos de cuidado y atención a la salud de diferente calidad y eficacia. 
  • Los ciudadanos de cada país se comportan de manera diferente, cumplen de manera diferente las medidas sanitarias señaladas como útiles. 

Los resultados de este experimento natural se pueden rastrear siguiendo las cifras de personas fallecidas como consecuencia del COVID19 en los diferentes países del mundo. La hipótesis central sería: “hay países que han tomado medidas de salud pública y de funcionamiento social, que han sido cumplidas de manera eficaz y con ello han conseguido que haya menos fallecimientos que en otros países”. 


Dado que la mayor tasa de fallecimientos se produce en personas mayores, se podría considerar que los países que tienen menores tasas de fallecimientos dan más valor a la vida de las personas mayores (“son países para viejos”). 


Para poder comparar los datos sobre fallecimientos en los momentos de propagación masiva del COVID19 es necesario seleccionar países con semejantes índices de esperanza de vida, semejantes sistemas de salud, similares datos sobre PIB per cápita, etc. Por eso poníamos la tabla al principio del documento. 


Vamos a elegir unos pocos países para hacer esta comparación: Japón y Corea del Sur en Asia y España, Suecia y Noruega en Europa. Cualquiera puede elegir otros y ver qué pasa. 


Estos son los datos: 


En la primera tabla se presentan los datos sobre el número de personas infectadas (siempre se refiere a personas que dan un resultado positivo en la prueba PCR) y el número de personas fallecidas notificado por cada Gobierno. Debajo del nombre de cada país se pueden observar estas cifras. 

En la siguiente línea se presenta en número de habitantes de cada país (en millones). Y en la última línea el dato más importante: número de infectados o fallecidos por cada 100.000 habitantes. Este dato nos permite comparar la respuesta de cada país. Todos los datos de la primera línea están extraídos de la base de datos de la John Hopkins University (John Hopkins Coronavirus Resource Centre), probablemente la fuente que mejor actualiza los datos. 

Nótese que en el caso de España aparecen los datos que proporciona el propio Gobierno español y que están muy cuestionados por diversas fuentes que afirman que la cifra más cercana a la realidad debería superar los 50.000 fallecidos. Pero vamos a tomar como válida la cifra oficial igual que hacemos con las del resto de países. 




CASOS NOTIFICADOS A 16/09/2020


INFECTADOS

FALLECIDOS


España

Suecia

Noruega

Japón

Corea

España

Suecia

Noruega

Japón

Corea


603.167

87.345

12.393

76.886

22.504

30.004

5851

265

1465

367

Habitantes

47

10

5,3

126

51

47,0

10,0

5,3

126,0

51,0

Tasa/100.000

1283,3

873,5

233,8

61.0

43.3

63,8

58,5

5,00

1,163

0,7196



En este documento nos interesa la cifra referida al número de fallecidos por cada 100.000 habitantes. Nótense las inmensas diferencias. Corea no llega a tener una persona fallecida por cada 100.000 habitantes (367 en un país de 51 millones de habitantes). Japón tiene algo más de una persona fallecida por cada 100.000 habitantes (1.465 entre 126 millones de personas). Sigan mirando los datos de Noruega (5,0), Suecia (58,5) y España (63,8). Los datos de Dinamarca y Finlandia son muy parecidos a los de Noruega. Utilizamos los datos de Noruega para compararlos con los de Suecia porque parece que ambos países tienen características sociales, económicas, geográficas, climáticas, etc. similares. 


Vamos ahora a la segunda tabla. Es algo más difícil de seguir. Se trata de una simulación. En la primera fila de números se puede ver el número de fallecidos que hubiera habido en cada uno de los cuatro países si se hubieran producido las tasas de fallecimiento por cada 100.000 habitantes de los tres o dos países que aparecen en la segunda línea. Basta con que nuestra hoja excel aplique la tasa de fallecidos por 100.000 habitantes de un país al otro en el que queremos simular lo que hubiera ocurrido si hubiera seguido las políticas, normativas, respuestas sociales del otro país. 



SIMULACIÓN FALLECIDOS EVITABLES


SUECIA

ESPAÑA

NORUEGA

JAPÓN

COREA


Noruega

Japón

Corea

Noruega

Japón

Corea

Suecia

España

Suecia

España

Suecia

España


500

116

72

2350

547

338

3101

3381

73.710

80.388

29.835

32.538

Habitantes

10,0

10,0

10,0

47,0

47,0

47,0

5,3

5,3

126,0

126,0

51,0

51,0

Fallecidos/100.000

5,000

1,163

0,720

5,000

1,163

0,720

58,5

63,8

58,5

63,8

58,5

63,8

EVITABLES/EVITADOS

5351

5735

5779

27.654

29.457

29.666

- 2836

- 3116

- 72.245

- 78.923

- 29.468

- 32.171


Ejemplo: En Suecia hubiera habido 500 fallecidos si hubiera conseguido tener la misma tasa de fallecidos que Noruega. Como en realidad hasta la fecha actual en Suecia se han producido 5851 fallecidos, se hubieran podido evitar 5351 fallecidos si (en Suecia) se hubiera actuado como en Noruega. O lo que es lo mismo, en Suecia en estos momentos habría 5351 personas que estarían vivas en lugar de estar muertas. 


Otro ejemplo: En España hubiera habido 2350 fallecidos si hubiera conseguido tener la misma tasa de fallecidos que Noruega o sólo 338 si se hubieran conseguido las mismas tasas que en Corea del Sur. Es decir, en España en estos momentos habría 27654 personas que estarían vivas en lugar de estar muertas si se hubieran tomado a tiempo las medidas que tomó Noruega. O estarían vivas 29666 personas más si se hubieran tomado a tiempo las medidas que tomó Corea del Sur. 


Otro ejemplo: En Japón se hubieran producido 78.923 fallecidos más de los que se han producido si se hubieran aplicado las medidas que aplicó España, o mejor dicho, las que no se aplicaron o se aplicaron a destiempo. Dicho de otra manera, en Japón habría en estos momentos 78.923 personas que estarían muertas y que en realidad están vivas, siguen viviendo.


Pueden hacer todas las comparaciones que quieran con estas tablas o hacer las tablas que quieran con otros países. Recuerden que el 90% de los fallecidos tienen en todos los países más de 70 años. 


Y, si les apetece, respondan a la pregunta: “¿Qué país es para viejos?”. 


España y Suecia no lo han sido, según los datos de este experimento natural. 


¿Creíamos que lo eran? 


Japón y Corea del Sur parece que sí. 


Y mejor ser viejo en Noruega que en Suecia. 


Por lo menos cuando vino la COVID19. 


                                                                                                                

                                                                                                                        Maqrol


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